lunes, 27 de agosto de 2007

LA DOBLE VIDA DE ALBERTO RUIZ-GALLARDON

Perdonen ustedes, pero no he podido evitar postear de nuevo este artículo de opinión, que calificaría como "magistral". De cualquier forma leanlo, disfrutenlo y juzgenlo por ustedes mismos.



Si unos extraterrestres de derechas hubieran diseñado un Caballo de Troya para invadir la Tierra, les habría salido Ruiz-Gallardón, pues lo que a cualquiera (excepto a Bush) se le ocurre antes de ocupar un territorio ajeno es estudiar sus jcostumbres, su historia, su idiosincrasia (qué rayos querrá decir idiosincrasia), así como las debilidades de sus habitantes. De acuerdo con tales estudios, la organización más sólida de este planeta es la Iglesia católica, que cumplidos los 21 siglos de existencia sigue dando la lata como el primer día. ¿Y cuál es su secreto, se habrán preguntado los marcianos? Muy sencillo: predicar cosas distintas y hasta contradictorias según la dirección del viento o las necesidades del estómago. Por eso en unos sitios la Iglesia es partidaria de la pena de muerte, mientras que en otros se escandaliza por la existencia del aborto. Por eso predica la pobreza desde un trono de oro. Por eso es capaz de manifestarse a favor de la libertad al tiempo que da cobertura moral a asesinos declarados como Pinochet, o Franco, o Videla. Cuando los seres humanos ven fuera las contradicciones que llevan dentro, se enamoran. A todos nos gustaría ser de forma simultánea personas de orden y sinvergüenzas recalcitrantes, señores y truhanes, prosistas y poetas, y eso no lo ha logrado nadie con la finura de la Iglesia, que da trabajo a banqueros teologales, a obispos castrenses y a curas comunistas. Cabe de todo en ella, pues lo que no se vende en la primera planta se vende en la segunda, y lo que ni en una ni en otra, en Oportunidades*
A todos nos gustaría ser
de forma simultánea
personas de orden y
sinvergüenzas.
Con este modelo antropológico en la cabeza, los extraterrestres pusieron manos a la obra intentando concentrar en un solo individuo toda la compleja y sutil maquinaria del Vaticano. Necesitaban, pues, que su Caballo de Troya hiciera el bachillerato en los jesuítas (si buscas el término jesuíta en un diccionario de sinónimos aparecen las siguientes alternativas: hipócrita, falso, doble, sibilino), y que después estudiara Derecho, que es una carrera de orden, y más tarde hiciera oposiciones a fiscal, ocupación que garantiza un sueldo hasta la muerte. Todo en un tiempo récord, pues a los 23 años Ruiz-Gallardón había tomado ya posesión de su puesto en la Audiencia Provincial de Málaga, donde enseguida (¡deprisa, deprisa!) pediría la excedencia para dedicarse a la política. Su biografía era perfecta desde cualquier cabeza biempensante, ex-traterrestre o no. Convenía, para completarla, que el joven político militara en las juventudes de AP, que fueron la versión Neandertal del PP, al que Aznar retrotraería luego al Australopiteco.

Tenemos, pues, a un Ruiz-Gallardón joven, guapo, abogado, fiscal y con profundas raíces familiares en el franquismo (está casado con la hija de un ex ministro del general asesino), virtudes a las que añade un catolicismo practicante y un verbo untuoso, cuyo ADN coincide al 100% con el de los portavoces de la Conferencia Episcopal. Para que el pastel eclesial estuviera completo, sólo faltaba añadirle algunos ingredientes contradictorios, como el de ser demócrata o el de estar a favor del aborto, del divorcio y de los matrimonios entre homosexuales. De este modo, la derecha vergonzante le votaría por parecer de izquierdas, y la izquierda retraída, por parecer de derechas.

Todo era perfecto. Allá donde el joven fiscal en excedencia iba, triunfaba simultáneamente como hombre profundamente conservador a la vez que radicalmente progresista. Si en un discurso convenía citar a Vallejo o a Azaña, los citaba. Si quedaba bien que le gustara la ópera, le gustaba la ópera. Si vestía tener una consejera de izquierdas, ponía a una consejera de izquierdas al frente de Cultura, que no hace daño a nadie. Uno de los años de sus numerosos mandatos felicitó las pascuas con una cita de Rilke que decía: "El que ha osado volar como los pájaros, una cosa debe aprender: a caer".

Todas estas historias daban la imagen de un tipo culto, sentimental, incluso sensiblero, que ganaba elecciones como el que hace rosquillas. Pero junto a este Ruiz-Gallardón que enamoraba a madres e hijas marcianas por igual, aparecía otro terrible: aquel, por ejemplo,
que en la noche electoral del 6 de junio de 1993, una vez confirmada la cuarta victoria consecutiva del PSOE en las elecciones generales, se manifestó en rueda de prensa, junto a Javier Arenas Bocanegra, para denunciar, en una maniobra brutalmente desestabilizadora un pucherazo electoral. Se cuenta que el propio Rey tuvo que llamar a José María Aznar para que pusiera orden en el seno de sus filas. Quienes tenemos razones históricas para temer a la derecha de la que procede gran parte del PP, no lo olvidaremos jamás. Pero tampoco conviene dejar de lado a aquel otro Gallardón pelota que, con tal de agradar a su jefe, confeccionó una carrera política completamente absurda a Ana Botella, de la que llegaría a decir, para justificar su ignominiosa acción, que era una rebelde.

Quiere decirse que los extraterrestres se han pasado de rosca. Tal cúmulo de atributos discordantes puede resultar verosímil en una institución, no en una persona física, aunque le hayas fabricado un currículo descomunal. Un día, durante el transcurso de una cena en la que me colocaron cerca de Gallardón, le escuché decir que había que casarse con el Abe y acostarse con EL PAÍS, lo que resume a la perfección la idea (basada por otra parte en estudios de toda solvencia) de que los extraterrestres de derechas tienen de nosotros.


Juan José Millás


EL PAIS 26 de agosto de 2007


sábado, 25 de agosto de 2007

LA SABIDURIA DEL TANGO

Todavia no he conseguido postear un video... sorry

http://www.youtube.com/watch?v=GuM0z_0lRW4&mode=related&search=

Demonios franquistas

Hay imágenes que dicen más que las proverbiales mil palabras. Una de esas imágenes se ha reproducido en múltiples ocasiones durante este verano en España: la * de José Luis Rodríguez Zapatero intentando dar la mano a Mariano Rajoy a la entrada de La Mon-cloa. Rajoy parece que no puede vencer su resistencia a saludar al presidente del Gobierno. (...)
Sin embargo, ese titubeo ante el acto de ejecutar un acto de cortesía común (...) es una instantánea lamentablemente exacta de la caída en la incivilidad de la vida pública española, caracterizada por la autocomplacencia sectaria que imposibilita cualquier visión compartida de los intereses nacionales.
La cumbre entre Zapatero y Rajoy fue otro intento fracasado de alcanzar una postura común frente a ETA. (...) Es ésta una cuestión de Estado que el PP bajo Rajoy —y su predecesor, Aznar—
ha manipulado frecuentemente para obtener ventajas partidistas. Pero tanto la retórica como la sustancia ostensible de esta polarización van más allá de la baja política de la ventaja sectaria, reviviendo la visceral expresión de "las dos Españas" de la Guerra Civil.
Con esto no queremos decir, de ninguna manera, que haya en perspectiva algo semejante a un conflicto armado. Simplemente, afirmamos que los traumas de aquella conflagración fratricida todavía son amargamente visibles, irresueltos por la tan cacareada transición desde la dictadura franquista. (...)
Para empezar, este embrutecimiento de la política parece ser una simple cuestión de mala fe y de malos perdedores. En marzo de 2004, tras los atentados de Madrid en los que perdieron la vida 191 personas, los españoles acabaron sumariamente con un Gobierno del PP que esperaba la reelección y una transición sin fisuras de Aznar a Rajoy. Desde entonces, el PP ha lanzado acusaciones de que
no se jugó limpio, en un intento, estridente aunque confuso, de impugnar la legitimidad del Gobierno (y presumiblemente, también del electorado). La cosa podría haber acabado ahí. (...) Pero como demuestra el reciente juicio de los terroristas supervivientes, no ha sido así. Los responsables del PP no sólo han seguido insistiendo en que los terroristas vascos tuvieron un papel; también han intentado introducir pruebas falsas para demostrarlo. (...) Asimismo, es extraordinariamente reveladora la hostilidad del PP a dos leyes polémicas, la de la Memoria Histórica y la de la Educación para la Ciudadanía. (...) Los españoles que han alimentado su ascenso democrático con valor y entusiasmo, imaginación y orgullo civil, merecen mejores cosas de sus líderes. Necesitan una derecha moderna, que contemple España como una empresa común, en vez de dedicarse a lanzar una acción de retaguardia contra la Ilustración.

FINANCIAL TIMES
David Gardner
Londres, 24 de agosto