sábado, 25 de agosto de 2007

Demonios franquistas

Hay imágenes que dicen más que las proverbiales mil palabras. Una de esas imágenes se ha reproducido en múltiples ocasiones durante este verano en España: la * de José Luis Rodríguez Zapatero intentando dar la mano a Mariano Rajoy a la entrada de La Mon-cloa. Rajoy parece que no puede vencer su resistencia a saludar al presidente del Gobierno. (...)
Sin embargo, ese titubeo ante el acto de ejecutar un acto de cortesía común (...) es una instantánea lamentablemente exacta de la caída en la incivilidad de la vida pública española, caracterizada por la autocomplacencia sectaria que imposibilita cualquier visión compartida de los intereses nacionales.
La cumbre entre Zapatero y Rajoy fue otro intento fracasado de alcanzar una postura común frente a ETA. (...) Es ésta una cuestión de Estado que el PP bajo Rajoy —y su predecesor, Aznar—
ha manipulado frecuentemente para obtener ventajas partidistas. Pero tanto la retórica como la sustancia ostensible de esta polarización van más allá de la baja política de la ventaja sectaria, reviviendo la visceral expresión de "las dos Españas" de la Guerra Civil.
Con esto no queremos decir, de ninguna manera, que haya en perspectiva algo semejante a un conflicto armado. Simplemente, afirmamos que los traumas de aquella conflagración fratricida todavía son amargamente visibles, irresueltos por la tan cacareada transición desde la dictadura franquista. (...)
Para empezar, este embrutecimiento de la política parece ser una simple cuestión de mala fe y de malos perdedores. En marzo de 2004, tras los atentados de Madrid en los que perdieron la vida 191 personas, los españoles acabaron sumariamente con un Gobierno del PP que esperaba la reelección y una transición sin fisuras de Aznar a Rajoy. Desde entonces, el PP ha lanzado acusaciones de que
no se jugó limpio, en un intento, estridente aunque confuso, de impugnar la legitimidad del Gobierno (y presumiblemente, también del electorado). La cosa podría haber acabado ahí. (...) Pero como demuestra el reciente juicio de los terroristas supervivientes, no ha sido así. Los responsables del PP no sólo han seguido insistiendo en que los terroristas vascos tuvieron un papel; también han intentado introducir pruebas falsas para demostrarlo. (...) Asimismo, es extraordinariamente reveladora la hostilidad del PP a dos leyes polémicas, la de la Memoria Histórica y la de la Educación para la Ciudadanía. (...) Los españoles que han alimentado su ascenso democrático con valor y entusiasmo, imaginación y orgullo civil, merecen mejores cosas de sus líderes. Necesitan una derecha moderna, que contemple España como una empresa común, en vez de dedicarse a lanzar una acción de retaguardia contra la Ilustración.

FINANCIAL TIMES
David Gardner
Londres, 24 de agosto

No hay comentarios: