
Todavia tuvo cara el susodicho para defenderse diciendo que su amigo Rubén Remirez Cataldo lo convenció para invertir en la Fundadión María Gloria, de la que este responsable, con la idea de triplicar la suma. Recuerda inevitablemente al caso Gescartera, por aquello de invertir el dinero que no es suyo para obtener duros a peseta.
El casó es que el dinero despareció así como la esperanza de tantas comunidades del interior de Paraguay de tener un pozo mientras el salesiano trata de salir del paso culpando a quien no tenia la custodia del dinero.

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